miércoles, 23 de febrero de 2011

ARCO 2011

La decimotercera edición de la feria de arte contemporáneo ARCO acaba de cerrar sus puertas y a continuación les ofrecemos todo lo que esta ha dado de sí. 
Bajo la dirección de Carlos Urroz, algo a destacar sin duda este año, ha sido la cuidada selección de las obras, centrándose en la búsqueda de la calidad y la comodidad del visitante, lo que se ha traducido en un menor número de obras y pabellones, reduciéndose estos de 3 a 2. Arco 2011 ha sido la feria de las novedades, incluyendo así mismo nuevos apartados como Focus Latinoamerica o el Opening, ademas de incluir un servicio completo de asesoría para la compra venta de arte al servicio de coleccionistas y compradores. Un gran acierto ha sido la potenciación de las comunicaciones a través de las redes sociales y sistemas de aplcaición para smartphones.
Como participantes, 197 galerías de 21 países distintos (destacando Rusia como país invitado) y 150 coleccionistas participando como compradores activos, la gran apuesta de ARCO este año, que ha centrado sus esfuerzos en fomentar y propiciar el mercado de arte especialmente promocionando a los artistas y galerías más jóvenes.
El punto fuerte ha sido la magnífica selección de obras llevada a cabo por el comité organizador que va desde las vanguardias históricas al arte actual.  
El espacio ARCO 40 nos ofreció una muestra de la obra más reciente de 3 artistas. 
FOCUS RUSIA, bajo el comisariado de Daria Pyrkina, nos mostró la más rabiosa actualidad artística rusa con una gran repercusión y aceptación por parte del público. 
Como nuevas  secciones encontramos SOLO PROJECTS: FOCUS LATINOAMERICA, centrada en los emergentes creadores latinoamericanos; y OPENING: JÓVENES GALERÍAS EUROPEAS, donde 19 galerías con menos de 8 años de antigüedad del ámbito internacional gozan de un espacio propio. 

El balance final de la muestra ha sido muy positivo en todos los aspectos, especialmente en la recuperación de las ventas de arte con respecto al pasado año. Numerosas han sido las instituciones públicas y privadas que recurrieron a ARCO para realizar sus nuevas adquisiciones. Destacadas han sido las inversiones del Reina Sofía adquiriendo 20 obras por más de 680.000 euros, la Fundación Coca Cola con una inversión superior a 100.000 euros, o la altísima calidad de las adquisiciones de la Fundación María Cristina Massaven ( Marina Abramovich y Chema Madoz entre otros).

El premio ARCO de la Comunidad de Madrid para jóvenes artistas ha recaido en Paula Rubio Infante con su obra Come mierda, una "reflexión sobre el sistema penal español, las victimas del franquismo y la mierda"


 Un gran éxito para la que se ha erigido como la primera feria de arte contemporáneo a nivel mundial que cada año deleita a sus visitantes con una profunda renovación.

martes, 22 de febrero de 2011

Marina Abramovic: la infinidad de la mente en las limitaciones del cuerpo.

María Arregui



Si hay alguna artista que ponga los vellos de punta y que no deje indiferente a nadie, esa es Marina Abramovic. Esta artista serbia nacida en Belgrado (Yugoslavia) es una de las pioneras en la realización de performance, comenzando en la década de los 70, lo que hace que se autodefina como "la abuela de la performance". Transgresora, rupturista, radical, son algunos de los adjetivos que conforman la obra y el papel de esta artista que desde sus inicios denuncia la opresión y el retraso de su realización como ser por culpa del sistema educativo establecido en su país, utilizando su  propio cuerpo como elemento fundamental de la experiencia en la que basa su estudio comunicativo entre su ser y en entorno que le rodea, incluyendo al público en su propia performance y haciéndolo partícife fundamental. Sin embargo los temas de sus obras recorren también la exploración de la espiritualidad en el sexo, ampliando su experiencia artística más allá de los soportes convencionales, siendo el mayor protagonista el cuerpo del sujeto, que guarda en sí toda la experiencia vital en la que Abramovic centra su interés como tema, siendo la relación vida-muerte una constante en su obra.

El compromiso entre la artista y la profundización en el conocimiento en la experimentación sobre la propia materialidad del sujeto no tiene límites, y su obra se irá radicalizando con el tiempo, como una necesidad de enfatizar su ansia expresiva y comunicativa incluso hasta el punto de agredirse a sí misma.  Pero, ¿acaso esto es una actitud masoquista? Es común que a causa de estos actos sangrientos y macabros la obra de Abramovic produzca rechazo e incluso repulsa por parte de un público con criterios más tradicionales o cuya sensibilidad no asimila el entendimiento de su mensaje, rechazándolo desde primera hora sin mayor interés, sin embargo, quedan exentos de la emoción que conlleva dejarse arrastrar por la fuerza sin mesura y la rotundidad de su emocionante obra.




 Será en 1973  cuando lleve a cabo la primera de sus performance: "Ritmo 10". En esta ocasión, Abramovic se sitúa de rodillas ante una grabadora que pone en marcha y una veintena de cuchillos que clavaba entre sus dedos, con la palma de la mano abierta contra en suelo; cada vez que se dañaba, cambiaba de cuchillo hasta realizar la operación veinte veces, era entonces cuando reproducía los sonidos de la grabadora e intentaba repetir las mismas acciones pero, ¿con qué intención? Abramovic basaba su obra en la relación de la mente con el sujeto y la relación del pasado y el presente, en un intento de unificarlos. De modo que ya desde sus inicios la artista empieza a considerar y trabajar en base a la conciencia del artista y las posibilidades de la mente. La tensión que produce a quien contempla la escena es abrumadora e incluso agonizante, llegando a desear que finalice la acción al mismo tiempo que la perplejidad que suscita se convierte en una experiencia cuanto menos, emocionante.




Pero será la más célebre de sus performance:  "Ritmo 0" en el año 1974  cuando llegue al extremo de su entrega personal a la causa de su obra. En esta ocasión la artista asumía la sumisión ante la voluntad del público, invitando a éste a intervenir en su cuerpo con cualquiera de los 74 objetos elegidos por la artista, entre los que se encontraban tanto objetos cuyo fin es una experiencia placentera  como objetos de agresión: cuchillos, látigo, tijeras e incluso una pistola y una bala. Durante seis horas estuvo su cuerpo expuesto a merced de la voluntad de los espectadores, que en un principio se mostraba tímido y respetuoso en sus intervenciones, sin embargo, a medida que pasaban las horas la agresividad iba en aumento hasta el punto de que alguien llegó a colocar la bala en la pistola y apuntó a Abramovic, que permanecía impasible; ella misma admitió que era "la única performance en la que estaba dispuesta a morir".

Es realmente interesante no sólo el proceso artístico, que lleva implícito una labor intelectual compleja, sino los resultados que concluyen la obra, como la demostración de la agresividad sin razón, dando así lugar incluso a la reflexión sobre la psicología y conducta humana.

Varias de sus obras las realiza en conjunto con el artista Uwe Laysiepen. "Death self" o "La muerte misma" es una de las performance más interesantes, y en la línea de autodestrucción como medio de transmisión de su mensaje de un modo directo, impactante y rotundo pensando para despertar consciencias. Abramovic y Laysiepen (o Ulay, su nombre artístico) unian sus labios y el aire que inspiraban era el que expiraba el otro, de modo que al cabo de diecisiete minutos no quedaba oxígeno en sus pulmones, por lo que cayeron simultáneamente inconscientes. De nuevo una lección: la capacidad del individuo de interferir en la vida de la otra persona afectándola negativamente, anulándola, controlándola e incluso destruyéndola. 



En esta treintena de años, Marina Abramovic se ha hecho un presitgioso lugar dentro del mundo del arte a nivel internacional que se ha ganado a pulso, amada y alabada por muchos y detestada e incomprendida por otros tantos, pero desde luego a todos impresiona e impacta y a todos implica, ya que sus temas afectan a la vida cotidiana y las circunsctancias que rodean la vida de cada persona, pero expresadas de modo que quien alguna vez haya leído, visto o conocido su obra, no podrá olvidarse de ella.






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